NADIES
Se le dice al indígena indigente
en verbal cercanía que oculta más distancia,
como la de una pulga que quiere alquilar perro
y acaba envenenada por el insecticida
del poder en contrato hipotecario
al cual ni accede porque tiene hambre,
del poder policial que le desprecia
y le nutre de tiros y porrazos,
aunque no tenga fuerzas para plantarle cara.
La ayuda humanitaria hasta le sabe a burla,
la leche caducada le llevará más lejos,
y no será a la runa del vacío
sino a las que someten a la espera
a modo de narcótico de desinformación.
Con su venda famélica no saben
que les pusieron Nadie como nombre
los opresores que les abandonan
al no servirles de recurso humano
en esta tiranía del consumo
donde sólo unos pocos hallan réditos,
con tácita licencia de una amplia mayoría
que renuncia a enjuiciar a los truhanes
para abolir los cultos al dinero
y su fétida sombra de codicia.
Mas ¿Dónde yace la realidad
de quienes no hablan lengua y sí dialecto
de quienes sólo tienen vanas supersticiones,
según los líderes que les ensucian
con calificativos de ceniza?
En el árbol herido por punzones de viento
en cuyo centro habita enhiesto olvido,
mutan los cuerpos secos en raíces
que abultan el dolor de la tierra hostigada.
***
Antonio García Lorente.
(GUILLEMDEVALLDARÚS)
Se le dice al indígena indigente
en verbal cercanía que oculta más distancia,
como la de una pulga que quiere alquilar perro
y acaba envenenada por el insecticida
del poder en contrato hipotecario
al cual ni accede porque tiene hambre,
del poder policial que le desprecia
y le nutre de tiros y porrazos,
aunque no tenga fuerzas para plantarle cara.
La ayuda humanitaria hasta le sabe a burla,
la leche caducada le llevará más lejos,
y no será a la runa del vacío
sino a las que someten a la espera
a modo de narcótico de desinformación.
Con su venda famélica no saben
que les pusieron Nadie como nombre
los opresores que les abandonan
al no servirles de recurso humano
en esta tiranía del consumo
donde sólo unos pocos hallan réditos,
con tácita licencia de una amplia mayoría
que renuncia a enjuiciar a los truhanes
para abolir los cultos al dinero
y su fétida sombra de codicia.
Mas ¿Dónde yace la realidad
de quienes no hablan lengua y sí dialecto
de quienes sólo tienen vanas supersticiones,
según los líderes que les ensucian
con calificativos de ceniza?
En el árbol herido por punzones de viento
en cuyo centro habita enhiesto olvido,
mutan los cuerpos secos en raíces
que abultan el dolor de la tierra hostigada.
***
Antonio García Lorente.
(GUILLEMDEVALLDARÚS)